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Los caminos de la educación para el desarrollo

Juan José Celorio

Martes 18 de marzo de 2008, por Revista Pueblos

Explorar los caminos de la Educación para el Desarrollo (ED) es desplegar su mapa para conocer el paisaje, obstáculos, accidentes y veredas que facilitan los recorridos. No debe ser un ejercicio abstracto por cuanto la ED es la expresión cultural y de concienciación, de los sistemas de agentes interesados en otros modelos de desarrollo. Este artículo aproxima el estado de la cuestión sobre el futuro de la Educación para el Desarrollo.

En el Estado español es p[osible seguir la evolución de la ED a través de los análisis y debates desarrollados en los tres congresos de carácter estatal impulsados por el Instituto de Estudios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional Hegoa entre 1990 y 2006.

Durante tres días, ponencias y debates, que reúnen a personas de diversos colectivos impulsores de la ED en el Estado español, marcan un estado de la situación, preocupaciones y perspectivas. Este III Congreso significará el espaldarazo de los principales agentes impulsores de la ED a la llamada ED de quinta generación. Si bien en el ámbito de las organizaciones intergubernamentales se habla de Educación para Todos, Educación para el Desarrollo Sostenible, puede ser interesante interrogarnos sobre el sentido de la perspectiva considerada en el Congreso.

En el documento para el debate de este III Congreso se habla de entender la Educación para el Desarrollo como “un movimiento de socialización” sostenido por un sistema de agentes con “voluntad y estrategia de influir en todas las agencias e instituciones de socialización humana con determinadas claves capaces de afrontar una respuesta a la globalización dominante”.

Es decir, se parte de que la globalización hegemónica extiende y legitima su modelo de desarrollo a través de un proceso de socialización, al que deberá oponerse otra “globalización de un desarrollo humano sostenible desde perspectivas de género, Sur e interculturalidad”, impulsada por los sectores que rechazan el status quo [1].

“Esta nueva ED de quinta generación debe ser forzosamente crítica tanto en su vertiente teórica, esto es, susceptible de entender críticamente las tendencias dominantes y elaborar discursos y propuestas teóricas transformadoras, como en su vertiente práctica construyendo, reelaborando ámbitos sociales de resistencia, creación y reforzamiento alternativo”.

Estrategias

El documento explora las dimensiones del contenido estratégico que deberá impulsarse: perspectiva local/global del saber crítico, política de deseo humanizante, alfabetización audiovisual, nueva ciudadanía, cultura emancipadora, rescatar el valor de la riqueza social, modelo de desarrollo humano sostenible, perspectiva Sur, género e interculturalidad.

En segundo término apuesta por la construcción de redes con diversas dimensiones: redes emancipadoras, de reconocimiento, de debate, de intercambio, de acción, de creación cultural”, de evaluación. Y, por último, sugiere y aboga por estructurar una gran alianza entre educación y movimientos alterglobalizadores como “parte de la posible estrategia de una nueva ED... (que sitúe) el ámbito local como un ámbito de trabajo privilegiado... (oriente) la apropiación y reconstrucción crítica de la cultura frente a las instancias de globalización... (como) socialización crítica, donde... (sea) posible ligar cultura, organización en red, ensayo social y resistencias creativas… (para) establecer alianzas entre las diversas ED enraizadas en mundos formales, no formales e informales, con base y soporte local.. (enmarcadas) en dinámicas de redes y alianzas de corte global”.

La presencia de ONGD, profesorado, educadores de ámbitos no formales y una amplia representación del mundo de la Universidad parece indicar que el mundo de la ED se está ampliando a un conjunto de agentes interesados en este compromiso alternativo. Este aumento de los agentes implicados no indica sólo incremento cuantitativo sino que significa un salto cualitativo en la perspectiva de la Educación para el Desarrollo.

Nuevas perspectivas

La quinta generación de la ED reclama una nueva perspectiva como respuesta a la globalización y esboza una movilización de sinergias entre el complejo mundo de los movimientos alternativos y la educación. El análisis parte del predominio de un modelo de globalización cuya estrategia de reproducción dominante ya no pasa por los viejos sistemas educativos de la modernidad. Una socialización más amplia y difusa, pero no menos férrea, centrada en la producción de sujetos consumidores tras una política de producción de deseo, de colonización del imaginario colectivo y de modelación de la cultura y comunicación colectivas. Esa socialización actúa desarticulando las culturas y estructuraciones de las comunidades. Reemplazada por una socialización de individualidades cuyo horizonte será insertarse en y depender de estructuras sobre las que la comunidad ya ha perdido el control.

La ciudadanía como expresión del sujeto social, la res publica como ámbito del interés colectivo, la cultura como “iluminación anticipadora”, la estructura social como expresión comunitaria, la democracia como ejercicio del control y orientación del interés público ciudadano, etc… perecen, carentes de sentido y virtualidad, al ritmo de la socialización dominante. En definitiva, al ritmo de la implantación del insostenible e inhumano desarrollo de la “globalización realmente existente”.

Sin embargo, el mapa no es estático. Los paisajes que parecen dificultar la existencia de caminos para la ED, están siendo constantemente reparados porque han sido impuestos sobre los parajes y condiciones originarios. El panorama muestra resistencias, reacomodaciones, demoliciones y emergencias de nuevo tipo. Es ese dinamismo el que permite configurar una visión en que la educación pasa de ser una simple terraza para contemplar el horizonte a ser una herramienta con la que, una vez más, deberemos “hacer camino al andar”.

Si la educación “moderna” está siendo desplazada deberemos recomponer su valor y convertirla en un bien colectivo a defender y en herramienta de empoderamiento de los sectores y comunidades sociales desestructurados en la reordenación global. Para buscar un reparto de bienes que no aumente la exclusión, la explotación y el desigual acceso a la riqueza producida. Para que el ejercicio del poder no convierta, cada vez más, la democracia y los derechos humanos y sociales en ejercicios formales. Para que la cultura no circule con claves mercantiles y se muestre impotente para producir inclusión entre gentes y comunidades. Para reapropiarnos de un espacio comunicativo convertido hoy en instrumento al servicio de elites interesadas en el desarrollo dominante. Reordenación, en definitiva, de la propia educación para que, de instrumento subordinado al mercantilismo neoliberal, pase a ser herramienta para la transformación.

Los sectores que dan forma a la ED pueden y deben proponer una estrategia de contenidos, alianzas y formatos para transformar esas debilidades en fortalezas. La alianza entre educación y movimientos alterglobalizadores es su horizonte, y la estrategia de enredamientos, la palanca de materialización de esa alianza.

La globalización mueve personas y mercancías culturales a lo largo y ancho del planeta. Nuevas tecnologías facultan formatos de comunicación horizontales entre personas y colectivos del globo. Se impulsa una estrategia global de educación para todos y para un desarrollo sostenible. Se aprueban derechos colectivos como la reciente Declaración de los Pueblos Indígenas. Se sostienen informes, como el del Desarrollo Humano, que significan una mirada crítica sobre el modelo realmente existente. Se entiende la producción e investigación como un recurso de desarrollo. Por tanto, la nueva ED deberá ayudar a convertir estas dinámicas en procesos para otro desarrollo alternativo, promoviendo una educación al servicio de la comunidad local y global.


Juan José Celorio forma parte del equipo de Educación para el Desarrollo de Hegoa, Instituto de Estudios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional. UPV/EHU. Publicado originalmente en el nº 30 de la revista Pueblos, febrero de 2008, especial COOPERACIÓN.

Notas

[1] Aunque las citas de éste y de los siguientes párrafos no forman parte de las conclusiones del III Congreso (Vitoria-Gasteiz, del 7 al 9 diciembre de 2006), sino de documentos para el debate, nos sitúan ante la problemática percibida por el movimiento organizado de la ED. Más información: www.hegoa.ehu.es/congreso/gasteiz/cas/index.htm

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