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La educación en Palestina: Otro bloqueo sin visibilidad

à ngela Martínez López*

Domingo 12 de junio de 2011, por Revista Pueblos

No es algo nuevo ni desconocido la visión que se cierne sobre Palestina, una perspectiva polarizada y sesgada sobre lo que realmente sucede. Los palestinos sufren el lastre de ser considerados terroristas sometidos por sus ayatolás, una serie de prejuicios con los que Israel legitima eternos bloqueos.

Sin embargo la educación es uno de los pilares de la sociedad palestina, pese a las inclemencias de vivir en un bloqueo que arrastran desde la aparición del Estado de Israel, algo que se omite deliberadamente en los medios de comunicación que miran solo a través del ojo israelí. Lo que viene a ser otro bloqueo más sin visibilidad.

Es un prestigio la educación universitaria para cualquier palestino, como para cualquier español, hay multitud de universidades en Palestina que cuentan con un gran número de estudiantes además de ser mixtas. No hay un enaltecimiento del terrorismo, en contra de lo que se muestra, sino una intención de estudio interrumpida por constantes bloqueos donde los libros y los estudiantes son un blanco fácil.

Maite Blanco estuvo de beca Erasmus Mundus en la Birzeit University en Cisjordania, y señala las dificultades de los universitarios palestinos en el sencillo hecho de acceder a su propio centro universitario. “El problema es la restricción de movimiento, porque Israel si decreta toque de queda, se acabó el movimiento, cierra carreteras y pueden pasar dos meses sin que puedan ir a clase porque no pueden moverse” afirma. Es por este motivo que Maite señala el elevado desarrollo de plataformas en internet porque eso les permite seguir sus labores de estudio desde casa.

“La gente que vive en Jerusalén y va todos los días a la universidad de la ciudad de Abu Dis, antes tardaban de 3 a 5 minutos en coche, y de 15 a 20 minutos caminado, ahora tardan una hora y media para ir y otra hora y media volver, más un checkpoint”, señala Maite. El bloqueo es diario para los que van hacia su facultad, los militares les paran y les hacen un control de identidad, les paran los autobuses. “Que llegas tarde a un examen, pues llegas tarde, todos los días tienes un checkpoint de ida y otro de vuelta, porque es Israel el que tiene el control sobre el territorio”, apunta.

Sin embargo el bloqueo no solo es en Jerusalén, por donde tienen que cruzar el muro, de Ramala a Abu Dis, aunque no pase por suelo israelí, todos los días checkpoint de ida y checkpoint de vuelta con atascos de horas, tanto de coches como de personas. “Muchas veces cierran las puertas de acceso porque los militares se han ido a desayunar, y dejan filas y filas de gente, con mujeres embarazadas, niños que van al colegio y personas que van a trabajar” añade.

Los palestinos que se han ido, y que quieren regresar a su tierra, como pueden ser los refugiados, no llegan a conseguir un visado y no pueden volver a casa, y los que lo consiguen, van renovando visa cada tres meses, teniendo suerte de que se la renueven. “Hay muchos palestinos que estudian fuera de Palestina en Europa y en EE.UU.” declara Maite, mientras comenta las innumerables trabas que tienen para conseguir un visado en el extranjero.

Ella misma confiesa desde su propia experiencia, que no fue capaz de conseguir un visado durante su beca por estar estudiando en Palestina. “Es así porque no quieren que nadie hable, que no se vea, tienes que ir mintiendo para entrar y que te sellen y lo mismo para salir. Los israelíes, usan esta misma beca, y no tienen estos problemas” aclara. Sin embargo esta es la punta del iceberg de todo el uso de la educación como otra forma de división, ya patente en los años de escuela. Maite señala que a los palestinos que no tienen formación en escuelas primarias y secundarias en Jerusalén, donde la mayoría de las escuelas son hebreas, se les retira la identificación personal.

Debido a que no se construyen más escuelas árabes públicas, y que no hay plazas, muchos palestinos se ven en la obligación de ir a Cisjordania, al otro lado del muro, para poder tener acceso a una educación árabe. Luego no pueden regresar porque si les piden un certificado de escuela primaria o secundaria en Jerusalén y no lo tienen se les retira su DNI, con lo que no pueden cruzar la barrera a Jerusalén. Personas que históricamente habitaban en Jerusalén han tenido que abandonar sus hogares para irse a Cisjordania por no poder regresar. “Divide y vencerás”, afirma Maite haciendo alusión a la estrategia israelí a largo plazo de vaciar Jerusalén, y el resto de territorios, de población palestina. “No es un problema de religión sino de una ocupación de un territorio y la masacre de una población independientemente de cuál sea su religión” concluye.

Mientras tanto la radio aburre con la misma canción, de enfrentamientos y terroristas, y pocas veces se sintoniza con la realidad de un pueblo que resiste bajo una opresión estratégica; y una sociedad que sigue manteniendo firme el valor de la educación.


* Ángela Martínez López

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