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Las abuelas africanas se organizan

Umoya

Martes 25 de mayo de 2010, por Redacción - Pueblos

"Reclamamos independencia económica para apoyar a nuestras familias”, señaló Judith Simelane, de 90 años, mientras leía la llamada declaración de Manzini, que marcó el nacimiento del Movimiento de Abuelas Africanas.

Los cinco hijos de Freda Shabangu murieron y tuvo que hacerse cargo de sus 12 nietos. La mujer de 70 años debe cubrir las necesidades familiares con la magra asistencia que recibe del Estado, el equivalente a 80 dólares cada tres meses. “Estoy contenta, por primera vez las abuelas hablan de sus problemas”.

Dos de cada tres personas con VIH en el mundo viven en África subsahariana. Los abuelos, y en especial las abuelas, deben hacerse cargo de niñas y niños enfermos y criar a sus nietos. La mayoría de los Estados africanos destinan muy pocos, o ningún, recurso para que la seguridad social atienda la situación de personas portadoras del virus causante del sida. Las abuelas tampoco reciben reconocimiento por su contribución a la lucha contra la enfermedad.

“Necesitamos recursos para saber cómo encabezar familias saludables y ayudarnos entre nosotras”, señaló Simelane. “Reclamamos más capacitación en educación sobre VIH/sida, crianza de niñas y niños huérfanos, atención médica, alfabetización y gestión económica”, añadió.

El primer Encuentro de Abuelas Africanas se realizó del 6 al 8 de este mes con apoyo de la Fundación Stephen Lewis. Unas 500 personas de 14 países del continente, y 42 más de Canadá, participaron en la reunión de Manzini. Además, más de 3.000 abuelas participaron en la manifestación organizada el último día del encuentro en reclamo de independencia económica para comprar alimentos, tener una vivienda decente, educar a los nietos y mejorar su calidad de vida.

“Las abuelas canadienses que están aquí representan a otras miles que se quedaron allá y que son solidarias con la situación de sus hermanas africanas”, señaló Elizabeth Rennie, de la Grandmothers to Grandmothers Campaign (campaña de abuelas para abuelas). Además “juntan fondos para implementar programas que mejorarán la vida de sus pares africanas”, añadió Rennie.

La idea del encuentro surgió en la ciudad canadiense de Toronto en 2006 con el fin de responder a la difícil situación que viven las abuelas de África subsahariana, relató Siphiwe Hlophe, directora de Swaziland Positive Living. La Fundación Stephen Lewis parte de la base de que si ciertas comunidades tuvieran los recursos necesarios para iniciar pequeñas empresas, su situación podría cambiar, explicó la directora ejecutiva Ilana Landsberg-Lewis. “Las abuelas reclaman mejores políticas para poder sobrevivir en sus comunidades”, añadió.

La Fundación financia varios programas. La organización St. Francis, que trabaja desde 2007 con 120 abuelas ugandesas, les ayuda a crear una empresa y a ahorrar. La mayoría de ellas conviven con el VIH/sida. “A cada abuela le damos 100 dólares para que empiece el negocio que considere más apropiado”, explicó Angela Kirabo Ashaba, de St. Francis. Además, la organización les evita la ida al banco y otros trámites engorrosos al guardarles sus ahorros.

“Los bancos las intimidan, pero además, el interés generado por los tradicionales fondos que mueven el dinero, regresa a las abuelas. No se lo queda el banco ni las instituciones de microcrédito”, señaló Anne Mwangi, de WEM Integrated Health Services (Wemihs). Además, la organización las ayuda a utilizar sus ahorros para cubrir necesidades como pagar la enseñanza y comprar alimentos.

En el encuentro también se discutieron estrategias para lidiar con el VIH/sida, como crear grupos de apoyo a las abuelas, saber si sus nietos son portadores del virus, garantizarles seguridad social y luchar contra la violencia.

Cada vez hay más abuelas violadas, señaló Ntombi Tfwala, reina madre de Swazilandia, en la apertura oficial del encuentro. “Escuchamos que los agresores que atacan y roban a las ancianas les sacan todo lo que tienen”, remarcó. “Aprovecho esta oportunidad para reprender a esos malhechores que nos complican la vida”, añadió Tfwala.

Bastó recorrer con la mirada a las participantes del encuentro para observar las diferencias con la imagen estereotipada de la abuela occidental de pelo gris. Es una condición contextual, remarcó Aisha Camara-Drammeh, representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas en Swazilandia. “En África, y en especial en Swazilandia, la abuela es la que tiene nietos, sin importar la edad o si está casada, o no”, explicó. También puede ser una mujer que no tenga hijos propios, pero “sea abuela porque forma parte de una familia extensa”, añadió, lo que hace que varíe el papel social y la carga de la persona según su situación concreta.


Artículo publicado en umoya.org

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